Este año, tenemos la inmensa suerte de que Miryam nos pueda contar de primera mano su viaje de hace varias semanas para entregar, a los niños saharauis, las cajas que hicimos en Navidad:
Como ya sabéis, del 8 al 16 de marzo he estado en los campamentos de refugiados saharauis, con la ONG Decisión #operacionninodelanavidad, para entregar las cajas que, con tanto cuidado y cariño, hicimos en el colegio la pasada Navidad.
Me sorprendió que, estando geográficamente cerca, viviéramos un largo y tedioso viaje de 15 horas con escalas. Desde el comienzo, experimentamos las tres premisas que nos dieron los responsables de ONN (Operación Niño de la Navidad): “flexibilidad, flexibilidad y flexibilidad”; hablamos de otro continente, otra cultura, otro ritmo, otro concepto del tiempo, otras costumbres, y otras normas.
Llegamos a los campamentos a las cuatro de la madrugada. Tuvimos un breve rato de descanso, y a las diez ya estábamos en los contenedores para cargar las cajas en el camión. Las íbamos a repartir al día siguiente, ya que los viernes y los sábados no hay cole. Tras organizar todas las cajas por grupos de edad, solo nos quedaba esperar impacientes el reparto del día siguiente. Nos dio la bienvenida el Ministro de Educación y nos agradeció, a cada uno de nosotros, la gran labor que íbamos a hacer entregando las cajas a los niños saharauis.
Nuestro itinerario en el reparto durante la semana fue impresionante y las cifras hablan por sí solas: cinco centros de Primaria, seis guarderías, tres centros de Secundaria, un centro de discapacitados, y otro de sordos. En total, entregamos 5.500 cajas, de las que 500 se quedaron preparadas para entregar en los colegios nómadas de las zonas liberadas; a estos centros no podíamos acceder por razones de seguridad.
Los sentimientos, las emociones, la gran cantidad de niños llenos de alegría y felicidad, la ilusión de todos ellos al abrir una caja llena de regalos preparada por los niños de España… fue una experiencia increíble.
Cuando llegábamos a un nuevo centro, los niños se ponían en filas, les repartíamos las cajas, y José Pablo Sánchez, director de Decisión, les decía “que las cajas venían de España, llenas de regalos, pero sobre todo de amor de los niños españoles hacia ellos”.
Les dejamos regalos pero, sin duda, nos trajimos mucho más: su agradecimiento, su hospitalidad, y el compartir de un pueblo que tiene pocas cosas pero que nos recibió con los brazos abiertos.
Gracias a todos por vuestras cajas, el próximo diciembre haremos otras tantas…
Miryam González de Gonzalo